¿Debo leer únicamente libros relacionados, o del mismo género, que al que se adscribe lo que estoy escribiendo en este momento? Es decir: ¿si escribo fantasía debo leer solo fantasía?, ¿o terror?, ¿o realismo? A priori, puede parecer que esta pregunta es sencilla de responder, o incluso simple o banal, pero no lo es en absoluto. Yo mismo me encuentro siempre ante esta disyuntiva a la hora de seleccionar lecturas mientras desarrollo un proyecto narrativo. Quizás no todos os lo planteéis y ahora mismo estéis pensando en abandonar el blog como locos, pero correré el riesgo.
Por supuesto, no voy a entrar en valorar o razonar por qué se deben leer otros libros mientras nos encontramos en medio de la escritura del nuestro. El argumento del: «No quiero contaminar mi escritura» es tan absurdo como pobre. Pero no hablaré hoy de eso, quizás otro día.
Veamos cuáles son las ventajas y las desventajas de leer el mismo género que estás escribiendo para intentar aclararnos y responder con argumentos a la pregunta que planteaba al comienzo de la entrada.
Ventajas:
- Conoces la situación y el estado del género. Aquí es importante, por supuesto, mezclar lecturas contemporáneas con clásicas e incluso con periféricas del género. Cuánto más amplio sea el abanico dentro del género, más conocerás en qué punto se encuentra la evolución del mismo dentro de la literatura y qué papel jugaría tu escrito dentro de esa evolución.
- Del mismo modo, al tener un conocimiento amplio sobre lo que se ha escrito del género podrás evitar repetir patrones de argumentación o de ambientación. Quizás ese protagonista espadachín o esa ambientación medieval europea no te está haciendo ningún bien.
- Relacionado con el punto anterior, también podrás detectar clichés y tópicos (ejem, emperador intergaláctico, ejem, noche de tormenta en casa abandonada, ejem, mago anciano) que se repiten una y otra vez dentro del mismo género y que casi parece que se han institucionalizado y que forman parte de los mecanismos del género. Conocerlos y detectarlos te permitirá tanto evitarlos en tus textos, dándole un aire más moderno, como renovarlos al darles otra vuelta de tuerca o una visión personal.
- Leer mucho sobre el género del que se está escribiendo te permitirá conocer los mecanismos y las características que forman el género y podrás dominarlas (o cambiarlas) con la seguridad de que ellas trabajarán a tu favor y podrás usarlas como aliadas a la hora de construir el argumento y la trama.
- Además, y por último, estar inmerso continuamente en el mismo género te permitirá evitar cualquier tipo de injerencia o de distracción que pueda tener tu mente escritora mientras estás desarrollando una historia. Leer otros géneros sería algo parecido a viajar a Inglaterra para aprender inglés y hablar con un italiano en su idioma. Costaría bastante esfuerzo volver al inglés cuando se quisiera hacerlo.
Desventajas:
- Pierdes la posibilidad de descubrir aspectos e innovaciones que a priori no tienen por qué estar conectados —o que puede que parezca que no tienen mucho que ver con tu género—, como algunas figuras retóricas, pero que tienen un potencial increíble. Por ejemplo mezclar la ficción histórica con el steampunk (cosa que ya se ha hecho, por cierto).
- No te permite aplicar recursos de otros géneros e innovar. ¿Qué pasa si a un argumento clásico de ciencia ficción le añadimos, además, una búsqueda o una investigación como la que se lleva a cabo tradicionalmente en la novela negra?
- Corres el riesgo de agobiarte y saturarte. Sobre todo si no hablamos ya de géneros, sino de subgéneros o de temas concretos. Por ejemplo leer solo fantasía épica o leer solo novelas de vampiros. Cuando llevas un tiempo inmerso en tu proyecto, lo que menos necesitas es descansar leyendo algo con lo que guarda relación. El cerebro necesita desconectarse y evadirse de vez en cuando para no acabar mandado lo que llevamos escrito a la basura por parecer que todo es igual y que tu escritura no aporta nada de nada. Además, ten en cuenta que la lectura no siempre tiene que ser cien por cien adecuada o cien por cien para aportar algo relacionado con el proyecto que tienes entre manos. A veces bastará con dejarte llevar un poco y evadirte de ese capítulo que no te acaba de convencer o de ese final que no concuerda con el personaje.
- Tienes más posibilidades de no renovar el género. Es decir, es probable que detectes muchas repeticiones, clichés y tópicos, pero también será inevitable que acabes repitiendo determinados mecanismos o incluso estereotipos que no detectes y que hagan que al final tu obra se convierta en una más dentro del montón de novelas que componen el grueso del género.
- No solo te interesa conocer a fondo el género que estás trabajando, sino que también te interesa ver cómo otros autores han trabajado el tema que quieres tratar en tu texto o el tipo de personaje que has elegido para ser protagonista. Y eso, a veces, no puedes encontrarlo dentro de lecturas de tu género. O, aunque lo encuentres, alejarte a otro género puede darte un punto de vista distinto y especial.
Visto lo visto, parece que la cosa está bastante igualada. No sé si he conseguido aclarar algo con este post o dejar las cosas como estaban. Quizás la solución, que es, en realidad, lo que hago yo mismo por intuición, sea mezclar géneros e ir alternando. No creo que sea buena idea perder del todo el contacto con el género que estás escribiendo, pero también opino que es beneficioso despejarse de vez en cuando y dejar que entre el aire en tus lecturas para renovar las energías y ser capaces de aportar un punto de vista único y personal a ese género con el que estamos trabajando.
¿Qué pensáis vosotros?, ¿creéis que es aconsejable leer solo sobre lo que se está escribiendo? ¿Sois de los que planificáis las lecturas que vais a hacer mientras escribís u os guiáis por instinto y por lo que más os apetezca en cada momento?