Esta semana nos acompaña en el blog Alejandro de Lucas, escritor y entrenador personal, que mezcla en esta entrada sus dos aficiones para traernos un género poco conocido y muy interesante. Podéis encontrar a Alejandro en Instagram en: @alejandro.delucas

Podríamos definir wuxia como novelas de caballería ambientadas en el mundo de las artes marciales de la antigua China. De carácter episódico y frecuentemente protagonizadas por un reparto coral, tratan temas como caballería, tragedia, venganza y romance.

Sus protagonistas son personas normales que desarrollan aptitudes extraordinarias a través del entrenamiento. Su código de conducta les lleva a desarrollar una ética grisácea: viven al margen de la sociedad, pero protegen al necesitado; luchan por la justicia, pero se rebelan contra la autoridad.

Si bien pueden relatarse proezas sobrehumanas o elementos sobrenaturales, estos se integran dentro de las creencias y supersticiones de la época. Lo mismo ocurre con la ficción narrada, que se superpone a lugares, acontecimientos y personajes reales, creando versiones alternativas de China que reflejan la realidad del momento tal y como era percibida.

Esbozadas sobre esta serie de rasgos, la novela wuxia se convierte en una arena de juegos sobre la que un autor puede construir diferentes géneros de novela: fantástico, histórico, de aventuras, policiaco… Es hora de profundizar.

LA NOVELA WUXIA ES UNA ESPADA.

Cortarse con sus hojas es vivir la historia de una China que nunca existió. La de dos amantes legendarios que viven separados por respeto a un difunto. La de un famoso asesino que se deja matar para cumplir su último encargo. O una joven que toma el lugar de su anciano padre en la guerra.

Imaginad esa espada clavada en un mapa, repleto de lagos y ríos salvajes. Eso es wuxia. Una arena de juego, el Salvaje Oeste chino. Las marcas del terreno señalan dragones. Guaridas de bandidos y arenas de combate. Bosques de columnas naturales de piedra. Ciudades en los acantilados. Estepas de colores y densas selvas en las que no penetra el sol.

Siempre tomando como base este mapa, las fronteras entre géneros se hermanan. Hay tierras de novela negra y otras cubiertas de una nada blanca, fantástica; campos verdes de humor y amarillos de guerra.

La pasión de este mundo es la sangre, circulando por los canales estrechos del honor. La espada es el prestigio, que da derecho a la vida o a tomarla. Vemos el rostro cansado de un espadachín reflejado en el yin de su espada. Del otro lado, un enemigo que claudica en sus rodillas. El individuo humillado, la derrota del poder por la fuerza. La dignidad de la violencia por la justicia, en el haz del yang.

Cada novela wuxia es continuación de las que la precedieron. Se articulan piedra sobre piedra y en la primera está escrita la Historia de China. Una realidad no rota por la fantasía, sino incorporada a lo fantasmal. Porque el pasado de China es un mito, dormido o despierto, que se aparece a su presente, lo condena en deudas no resueltas.

Este sustrato lítico y fantasmal dota de estructura al relato wuxia, de carácter coral y episódico. Personajes históricos y ficticios, se enfrentan y conviven. Así como el color de la magia matiza la lucha entre blancos y negros del caballero confuciano. Y el budismo se funde con la naturaleza, para ser el lenguaje de su pensar. 

PRIMERAS ESPADAS DEL REINO

Los wuxia son seres prendidos a la soledad de la espada. Soldados de primera, artistas marciales o monjes errantes. La rosa de sus vientos es el sentido del deber. No tienen propiedades, no importa el color de su sangre. Su temperamento es caballeresco, pero poseen sensibilidad literaria y admiran los pequeños placeres.

Como en el Tao, las motivaciones del caballero marcial no son absolutas. Se reparten entre el sentido del deber hacia los más vulnerables (Xia) y la búsqueda de poder (Wu). Aunque viven fuera de la sociedad, son sus últimos defensores contra la corrupción, la debilidad del gobierno y la amenaza de los señores de la guerra.

Ahora que los vemos de lejos, parecen vivir al margen de su tiempo. Inmersos en una suerte de terror nocturno: con la mente dormida y los ojos muy abiertos. Siempre esperando un despertar total.

La historia arquetípica del guerrero wuxia es el viaje del héroe, que no es sino un renacer espiritual. Un viaje a su ternura, en el desprenderse de la armadura oxidada, que en el pasado lo protegiera de la tragedia, en tanto enfrenta los conflictos que depara el camino.

 La heroína wuxia, por su parte, rivaliza con el destino marcado por los hombres. Obligadas a vivir en el constante demostrar, sus capacidades rebasan incluso los límites de su contraparte masculina. En Nie Yinniang, relato que inspiró la película La asesina, Nie es entrenada desde pequeña para matar. Pero ella observa y espía a sus víctimas en los momentos de intimidad: siente compasión por ellos, se rompe por dentro.

EL DON DE LA LIVIANDAD

Reza un dicho chino que «el confucianismo usa la literatura para romper la ley y los caballeros usan las artes marciales para violar las prohibiciones». Es decir, los guerreros wuxia, por medio de las artes marciales encarnan un juicio moral que regula el comportamiento del poder.

Wu es la parte cortante del wuxia. Un caracter que, combinando las palabras zhi (parar, detener) y ge (pelea, combate), establece la paradoja central en la filosofía de las artes marciales: la necesidad de combatir para poner fin a la lucha. Así, en los componentes espirituales del wuxia, el xia representa el don de lo liviano y el wu la gravedad.

En la novela wuxia, la deriva violenta adquiere su expresión más noble. Los protagonistas son espadachines gráciles y veloces, que emplean su energía interna para lograr proezas en combate.  Son capaces de impulsarse en el aire, por las copas de los árboles o sobre la superficie de los ríos. Detienen flechas con un gesto de la espada. Enfrentan temperaturas extremas. O son capaces de curarse por medio de la respiración.

No olvidemos que nos encontramos en tierra de nadie, donde los relatos orales, las leyendas taoístas y la creencia en lo sobrenatural legitiman la creación de un mundo maravilloso, donde lo “imposible” no suscita extrañeza.

EL INFRAMUNDO

Decíamos que la china del wuxia es un mapa de ríos y lagos (jianghu) que nunca existió. Es un lugar físico, mental e incluso lingüístico que se opone a toda forma de control institucional totalitario. Un lugar fuera de la ley, que existe en los espacios anónimos, en los márgenes morales de la sociedad.

Jianghu son los bajos fondos de las ciudades. Los proscritos que llegan a las posadas y tabernas, que trafican en puertos y canales. También los campamentos de bandidos en los bosques y las cuevas habitados por seres desconocidos. Son los grandes cañones, desfiladeros y mesetas por las que corren libres los caballos. Los monjes meditadores que dan cima a las montañas sagradas y los puentes de atardeceres sobre el rio, donde los guerreros se baten en duelo.

Por último, a través del wulin se funden las artes marciales con el escenario. Se trata de una sociedad de luchadores, con características únicas en función del autor, cuyo ideario sincretiza esta visión salvaje del mundo que hemos tratado de relatar. Sus acciones acostumbran a poner en marcha los engranajes de la trama, además de dar perspectiva a la progresión del protagonista, al compararlo con los de su misma especie: rivalidades entre facciones, relaciones entre maestros y alumnos o la lucha por posicionarse dentro del escalafón marcial.

CLAVES DEL GÉNERO

  1. Se ubica en un periodo remoto, tomando como base la historia de China. Por ejemplo, las invasiones mongolas del siglo XII o la unificación de China por el legendario primer emperador, en el siglo III a.C.
  • Los protagonistas son espadachines solitarios, dotados de habilidades aparentemente sobrehumanas.
  • Suelen tomar partido por los más necesitados o siguen su propio camino movidos por un conflicto personal: venganza, amor, lealtad, búsqueda poder.
  • Se ambientan en los bajos fondos, los márgenes sociales o en lugares remotos de la naturaleza.
  • Incorporan elementos sobrenaturales que no rompen con la “realidad” del mundo reflejado.

EMPEZAR A LEER

  • El nacimiento de un héroe, Jin Yong. Es una de las novelas wuxia más reconocidas y uno de los pocos libros wuxia que gozan de una buena traducción al castellano. Su sinopsis dice: China, año 1200. […] Guo Jing, privilegiado, astuto y entrenado a la perfección en las artes marciales, ha crecido con el ejercito de Gengis Kan y desde su nacimiento está destinado a hacer frente a un adversario. Guo Jing debe regresar a China para cumplir con su destino, pero su valor y sus lealtades se verán puestos a prueba a cada paso en una tierra dividida por la guerra y la traición.”
  • La Gracia de los Reyes, Ken Liu. Fusión entre el wuxia y el steampunk en un género que el autor ha bautizado como silkpunk. Dos improbables aliados, un guardia de prisión convertido en bandido y un noble desheredado, unen sus fuerzas para derrocar al tirano. Ken Liu reescribe la fantasía épica desde una perspectiva cultural diferente y abandona sus escenarios convencionales: es un mundo de dioses que lamentan lo que se hace en su nombre, mujeres que conspiran y luchan junto a los hombres, cometas de guerra, aeronaves de bambú y seda, y monstruos marinos.
  • Puente de pájaros, Barry Hughart. Sobre la base del wuxia, el autor construye una novela que mezcla las novelas de humor con el género detectivesco. El campesino de corazón puro conocido como Buey Número Diez y el sabio Li Kao, que tiene un ligero defecto en su carácter, unen sus fuerzas para buscar la cura al misterioso envenenamiento que ha sumido en un sopor invencible a los niños de la aldea de Ku-fu.
  • Hero, Zhang Yimou (2002). Una de las mejores películas del género. Un luchador sin nombre es honrado por dar batalla a tres de los enemigos más importantes del rey.
  • The Assassin, Hou Hsiao-Hsien, 2015. China, siglo IX. Nie Yinniang, la hija de diez años del general, es secuestrada por una monja que la inicia en las artes marciales, transformándola en una extraordinaria asesina encargada de eliminar a los gobernadores locales crueles y corruptos.

ESPADA DE PAPEL, ALEJANDRO DE LUCAS, 2021