Como ya sabéis, la ambientación es uno de los trabajos más importantes del escritor de literatura fantástica o de ciencia ficción. De una buena ambientación dependerá, en gran medida, que el lector se sumerja en la historia y se crea que lo que allí sucede; es decir, se crea el elemento imposible.

Hay una serie de elementos, herramientas podríamos llamarlas, que el escritor tiene a su disposición para que la tarea de ambientar sea lo más sencilla posible y el lector sepa siempre dónde y cuándo se encuentran los personajes.

Antes de ver estas diferentes herramientas, me gustaría hablar de la diferencia entre ambientación y atmósfera, puesto que están relacionadas y se parecen, pero no son lo mismo. En narrativa, el espacio narrativo es aquel espacio en el que se desarrollan las acciones de los personajes. Para componerlo, echaremos mano de los escenarios, de la atmósfera y de la ambientación. El escenario será el espacio físico en el que se desarrolle la acción (por ejemplo una casa, o un camino, o un barco, o una nave espacial). La atmósfera será la percepción que tenga el personaje de ese espacio, es decir, el espacio interno (el mismo escenario puede tener diferentes atmósferas, ¿nunca habéis sentido que un cuadro pasaba de bonito a terrorífico según cuándo lo observéis y si tenéis miedo o no?).

Por último nos quedaría la ambientación. La ambientación es la situación espacio-temporal-social en la que se desarrolla la acción. No es lo mismo ambientar una historia en el Madrid de 1920 que en el de 2560. Un mismo escenario, una casa de Madrid, puede tener diferentes atmósferas según la perciba el personaje y diferentes ambientaciones según la época en la que situemos la historia. Nosotros, como escritores de literatura fantástica y de ciencia ficción tenemos que tener especial cuidado porque muchas de las ambientaciones que empleemos no existen en el mundo real, por lo que será más complicado hacerlas verosímiles.

Para lograrlo contamos con algunas herramientas que nos van a ayudar. Estas herramientas son comunes a las ambientaciones realistas, por supuesto, pero vamos a enfocarlas a ambientaciones irreales para sacarles el máximo partido. En general, ambientar va a consistir en dejarle pistas al lector para que sea capaz de construir un mundo completo a partir de detalles o elementos concretos. Como hacían los pintores impresionistas con pequeñas pinceladas.

Las principales herramientas son:

  • Objetos: Tendremos que introducir en nuestras historias una mezcla de objetos conocidos por el lector y otros nuevos para conformar el mundo que nos hemos imaginado para nuestros personajes. Por ejemplo: si queremos reproducir la vida en una nave espacial, quizás los protagonistas usen platos y cubiertos como los que usamos nosotros, pero utilicen para comunicarse un chip implantado en la palma de la mano que reproduce una pantalla holográfica. Si introducimos solo objetos inventados por nosotros, el lector puede sentirse perdido. Sin embargo, si comenzamos introduciendo objetos que conoce, puede ir construyendo poco a poco la escena y con ella el mundo de la historia.
  • Vocabulario: Del mismo modo que con los objetos, utilizar unas palabras u otras nos hará darnos cuenta de que nos encontramos en una ambientación concreta. El nombre de las monedas de curso legal en nuestra historia o los propios nombres de los personajes son indicativos de la ambientación: no es lo mismo decir peseta que dracma o decir Wan que Aragorn. También podemos usar el vocabulario a nuestro favor con el tipo de sinónimo empleado. No es lo mismo decir caballo que corcel.
  • Vestimenta: Este es uno de los elementos clave de la ambientación. Solo con introducir una túnica o una armadura estaremos localizando en una época concreta nuestra historia. Además, dependiendo del tipo de vestimenta, hablaremos de una sociedad o de otra. Por ejemplo, un mundo en el que las mujeres vistan solo con faldas largas no es lo mismo que un mundo en el que los hombres y las mujeres vistan minifalda cuando quieran. Hay que prestar atención a este elemento porque la vestimenta debe ir acorde con la ambientación que queramos. Si choca con ella, puede producirnos un problema de verosimilitud como el que produce ver a una guerrera medieval ataviada con un escudo, una espada y un bikini de metal.
  • Comportamiento: En este apartado incluiremos no solo las normas sociales de la ambientación, sino cosas como comidas, forma de hablar de los personajes, medios de transporte, modos de acceso al poder, etc. En este caso también tendremos que introducir una mezcla de comportamientos que conozcan los lectores con otros que sean diferentes.

Lo importante de la inclusión de este tipo de herramientas no es lucirnos como escritor. Tendrán la misma función que tiene cualquier elemento de la construcción de mundos, es decir, aportar algo interesante acerca del mundo creado. Un mundo en el que se haya abandonado la dieta carnívora, por ejemplo, ya nos está diciendo mucho del tipo de sociedad que vamos a encontrarnos. Del mismo modo que si disparan rayos láseres o si visten con la piel de grandes reptiles. Cualquier elemento que incluyamos tiene que aportarnos información o bien de los personajes o bien del mundo y esa información debería ser, preferiblemente, importante para la historia.

Un último consejo: es recomendable hacer listas con cada uno de estos elementos para que entendamos cómo funciona nuestra sociedad antes de ponernos a escribir. De esta manera tendremos una buena lista a la que echar mano de manera sencilla durante la escritura y no tendremos que improvisar sobre la marcha. Además, así podremos saber si nos hemos pasado inventando objetos, por ejemplo, o si a pesar de que la novela se ambienta doscientos años después de nuestra época, seguimos usando el mismo vocabulario calcado que el actual.

¿Erais conscientes de usar estos elementos distribuidos por vuestras historias o lo hacíais de manera intuitiva?, ¿creéis que es una buena idea la de hacer listados cuando vamos a ambientar la historia en un mundo diferente del real? Os esperamos en los comentarios y esperamos que os haya resultado de utilidad la entrada.