En este artículo pasado os hablaba de la diferencia que existía entre la literatura maravillosa y la literatura fantástica en función del efecto que el elemento imposible produjera en el lector. Escribiendo dicho artículo, salieron a colación otros efectos que la literatura de género puede provocar y me gustaría poco a poco ir hablando de ellos.

Antes de comenzar el artículo como tal, vamos a repasar qué son los efectos en la literatura. Entendemos por efecto la sensación general que provoca la lectura de determinado texto en un lector. Toda la literatura provoca efectos en el lector puesto que al ser un arte tiene una intención de conmover, es decir, trasladar o provocar sentimientos en el lector. La manera en la que la literatura logra eso es a través de las sensaciones que provoca con su lectura. En la literatura de lo imposible (fantasía y ciencia ficción, para que nos entendamos), estos efectos vienen provocados en gran medida (aunque no solo) por los elementos imposibles que incluimos en la obra.

En el artículo que os mencionaba antes os hablaba del efecto de la maravilla y del efecto ominoso. Esta semana me gustaría hablar del efecto más importante en la ciencia ficción y uno de los más importantes en la literatura de género: el efecto prospectivo.

La ciencia ficción se diferencia de la literatura de lo sobrenatural porque sus elementos imposibles tienen una explicación racional dentro del mundo en el que se sitúan sus historias. Lo más habitual es que ese elemento imposible haya sido creado por el ser humano o causado por su desarrollo tecnológico o social. Esta es la razón de que en ocasiones la ciencia ficción caduque o sea alcanzada por la propia realidad como ha sucedido con muchas historias de, por ejemplo, Julio Verne.

Este tipo de literatura tiende siempre a explorar las posibilidades de lo que podría ser posible en el futuro o podría haber sido posible en el pasado. Ese efecto de posibilidad, de amenaza o advertencia es lo que se conoce como efecto prospectivo. Podría resumirse de manera muy exagerada en la premisa: ¿Qué pasaría si? La serie de televisión Black Mirror es un ejemplo perfecto de ciencia ficción prospectiva en la que el elemento imposible es generalmente un avance tecnológico. Toda la serie puede resumirse en: ¿qué pasaría si el ser humano hiciera un mal uso de las tecnologías?

El efecto prospectivo puede también basarse en avances sociales que no impliquen desarrollos tecnológicos. En ese caso hablaríamos de distopias. ¿Qué pasaría si la fertilidad cayera en picado y se obligara a las mujeres a procrear? Y tenemos El cuento de la criada.

Es importante destacar que el efecto prospectivo puede darse también en historias ambientadas en el pasado. No necesitamos hablar del futuro para hablar de ciencia ficción. Esto sucede, por ejemplo, en las ucronías. De las cuales ya hemos hablado en el blog también. Dentro de esta categoría hablamos también de cambios sociales en el pasado: ¿Qué hubiera pasado si Hitler y los japoneses hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial? El hombre en el castillo o Estados Unidos de Japón. Y cambios tecnológicos en el pasado: ¿Qué hubiera pasado si en lugar del petróleo, toda la tecnología se hubiera seguido basando en el carbón y el vapor? Y tenemos el steampunk.

Como veis en estos ejemplos, el sentido prospectivo siempre tiene una nota de advertencia muy importante. Esto es porque estos géneros (y el efecto prospectivo en concreto) siempre buscan hacernos reflexionar sobre nuestra sociedad y nuestro comportamiento social. Emplean el futuro o lo que podría haber pasado, para hacernos pensar sobre lo que somos y hacia dónde estamos guiando la sociedad. Suelen provocar reflexiones más globales que universales, pero es fácil reconocerse como individuo en los comportamientos que reflejan estas historias. Por lo tanto, cualquier acusación que se haga a la ciencia ficción de ser un género superficial que se queda solo en un intento de llamar la atención solo demuestra un desconocimiento del género. La profundidad de los conflictos que pueden generar los elementos imposibles prospectivos es espectacular. Además de lograr la total atención del lector sobre ellos al hacerlos tan llamativos. Pensad, por ejemplo, en el conflicto de identidad que se establece en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Es interesante destacar que la ciencia ficción no emplea únicamente este efecto en sus historias. Podemos coger de ejemplo cualquier space opera como puede ser la saga Star Wars. En este tipo de historias se mezcla la prospección con el sentido de la maravilla, haciendo que hablemos de ciencia ficción prospectiva y de ciencia ficción maravillosa. No voy a ahondar más en esta división para no extenderme en el artículo, pero es interesante conocer la clasificación y entenderla.

Por último, me gustaría recordar que, como ocurría siempre con los otros dos efectos que ya vimos en artículos anteriores, este efecto no es exclusivo de la ciencia ficción y que puede encontrarse en el realismo perfectamente. Muchas de las situaciones que leemos en los textos realistas parten de la premisa ¿qué pasaría si? Y, si tienen una intención reflexiva sobre el individuo o la sociedad, echarán mano del efecto prospectivo para narrar sus historias.

¿Qué os parece el artículo?, ¿le habíais puesto nombre a este efecto con anterioridad?