En este otro artículo del blog os hablaba de los diferentes tipos de conflictos que podemos encontrar en una obra narrativa. Entre ellos se encontraba el conflicto interior; el conflicto del que me gustaría hablaros hoy.

Antes de comenzar, vamos a recordar lo que decíamos del conflicto en general: «Del choque que se produce entre el protagonista y la fuerza antagonista surge el conflicto narrativo. Ese conflicto será el que haga actuar a nuestro personaje y moverse para alcanzar su deseo.» Es decir, que el conflicto sería la resistencia que obtiene un personaje cuando actúa para alcanzar su deseo. Todos estos conceptos los hemos tratado en otros artículos del blog, por si os interesa consultarlos antes de entrar aún más en harina.

Dependiendo del origen de la fuerza opositora en el conflicto obteníamos tres tipos de conflicto. Vamos a centrarnos en este artículo del conflicto que se genera cuando la oposición al deseo del protagonista viene del mismo protagonista. Usaremos como base lo visto en el artículo sobre los tipos de conflicto, pero profundizaremos en las características expuestas en él.

El conflicto interno, Itinerario de Literatura Fantástica, Terror y Ciencia Ficción, Escuela de Escritores,-IMG1-52

El conflicto interno es el conflicto más importante hoy en día en una narración. En el pasado era muy común encontrarnos con historias en las que el protagonista únicamente tenía conflicto externos, pero hoy en día nos interesa que, si hay un conflicto externo, esté apoyado o refleje lo que le sucede al personaje en su interior. Del mismo modo que hoy en día es inconcebible que un personaje no cambie al final de un conflicto, puesto que queremos ver cómo afectan los conflictos a los personajes de nuestras lecturas. Lo más común es que los personajes actúen externamente movidos por un conflicto interno, es decir, porque eso que está sucediendo en el exterior afecte de alguna manera a lo que conforma el mismo ser del personaje.

Y ese mismo ser, literariamente hablando, podemos dividirlo en tres: el cuerpo, la mente y el corazón. En el cuerpo encontraremos no solo el movimiento físico y el cuerpo en sí mismo, sino también las sensaciones y el modo en el que son percibidas por el personaje. En la mente encontraremos las ideas del personaje, lo que piensa racionalmente de la forma más objetiva. Por último, encontramos el corazón, que es la parte que gestiona las emociones y los pensamientos y los convierte en sentimientos. Esta última parte será, por tanto, la más subjetiva. De la forma en la que se relacionen estos tres aspectos surgirán los conflictos internos del personaje.

El conflicto interno, Itinerario de Literatura Fantástica, Terror y Ciencia Ficción, Escuela de Escritores,-IMG2-12

Cada uno de estos elementos representa, además, un eje que puede ayudaros a ver los conflictos internos: el eje del deber, el del querer y el del poder. El primero representa las prohibiciones e imposiciones de la razón, los pensamientos que dirigen los actos del personaje. El segundo representa lo que el personaje anhela o desea de un modo físico. Este deseo es, por tanto, diferente en cierta medida del deseo que va a mover al personaje puesto que es voluble y cambiante. Por último, tenemos el eje del poder, relacionado exclusivamente con la capacidad física, la posibilidad de hacer algo o de percibir algo con el cuerpo.

El conflicto interno, por tanto, se produce cuando chocan la razón, los sentimientos y el cuerpo del personaje. Es decir, cuando no se coordinan el deber (razón), el querer (sentimientos) y el poder (cuerpo) del personaje. Un personaje puede tener conflictos con lo que debe hacer, lo que quiere hacer o lo que puede hacer. Imaginad un personaje que quiere correr una maratón, pero tiene ochenta años (quiere hacerla, pero no debe y probablemente no pueda) o un personaje que no asume su homosexualidad (quiere y puede serlo, pero cree que no debe). Lo mínimo es que exista una confrontación entre dos elementos del personaje, pero puede tener conflictos con los otros dos, como ocurría en el caso del personaje mayor que quería correr la maratón.

El conflicto interno, Itinerario de Literatura Fantástica, Terror y Ciencia Ficción, Escuela de Escritores,-IMG3-86

Todos estos conflictos internos van a producir un eco que se va a ir expandiendo desde el personaje y que afectarán a sus relaciones personales y al exterior, por lo que provocarán, seguramente, conflictos de segundo o de tercer nivel. Igual que las ondas en un río cuando se tira una piedra.

Evidentemente, cuanto mejor tengamos hiladas estas ondas, más profundidad tendrá el relato y el personaje. Además, de ese modo podremos reforzar la idea o el tema que queramos transmitir sin necesidad de ser explícitos o explicativos. Además, también lograremos que al cerrar alguna de las tramas, se cierren las demás y al cerrarse el conflicto interno, se provoque el cambio en el personaje de manera automática.

Por eso es importante, a la hora de crear las tramas de un personaje (sea la principal o las secundarias) ver en qué parte del eje hacen eco esas tramas para saber si son adecuadas o no y si ayudan o despistan. En una buena obra, todo debería estar al servicio de una trama principal que repercuta en el deseo principal del personaje y en alguno de los ejes que hemos visto, llegando a resolver un conflicto interno y provocando, en última instancia, un cambio en él.

El conflicto interno, Itinerario de Literatura Fantástica, Terror y Ciencia Ficción, Escuela de Escritores,-IMG4-465

Sé que dicho así suena tan bonito como abstracto, pero al final, si tenemos buen ojo narrativo, lo normal es que las cosas acaben encajando por sí solas. Solo hay que conocer los conceptos y tener la capacidad de analizarlos por si hay que cambiar algo llegado el momento del bloqueo o de la desconexión con la historia. Muchas veces no habrá ni que sentarse a realizar un análisis de los ejes, aunque es muy recomendable conocer cuál es el conflicto interno del personaje y, sobre todo, asegurarse de que ese conflicto está en concordancia con el deseo del personaje y con la trama principal para que todo reme en la misma dirección.

En futuros artículos quizás tratemos los otros dos conflictos y veamos, de esa manera, cómo se relacionan y encajan entre ellos. De momento, ¿qué os ha parecido el artículo?, ¿reflexionáis sobre ello en vuestros escritos?